Capítulo 14

-¿Puedes quedar hoy?-le pregunté a Abril al día siguiente.
-No, lo siento. Tengo que preparar aquel trabajo del que te hablé.
-Es verdad-recordé-¿Entonces colgamos ya, no?-dije, apenado.
-¡No!-negó.
-Vale, tranquila-reí.
-¿Qué te hace gracia?-me espetó.
-Nada-respondí parando de reírme al instante.
-Más te vale-advirtió.
-¿Qué haré yo solo aquí?-me quejé.
-Tú sabrás-rió ella.
-¿Yo sabré? ¿Qué clase de respuesta es esa?
-Haberlo pensado mejor antes de pedir la beca aquí. Si la hubieses pedido más cerca podrías ver a tu familia.
-Ya, pero esta Facultad es mejor.
-Si tú lo dices…-dijo con poco convencimiento.
-Claro, es verdad porque lo digo yo-me regodeé.
-¿Y quién eres tú para decir nada?-continuó con la broma.
-Pues yo soy Mike, ¿te parece poco?-dijo, cargado de orgullo.
-Pues yo Abril, ¿qué te crees? ¿Qué me vas a intimidar?-rió.
-Era lo que pretendía pero no he obtenido demasiados resultados.
-Lo siento pero no me intimidas con facilidad. Te conozco demasiado bien.
-Bueno, no te andes por las ramas, ¿qué puedo hacer esta tarde?
-¡Yo que sé! Lo que quieras-exclamó.
-¿Estás en tu casa?-pregunté.
-Si, pero ¿a qué viene eso?
-A nada-sonreí para mis adentros.
-¡Mira que eres raro a veces!-exclamó-Te dejo que si no no hago nada del trabajo…-añadió al cabo de unos segundos.
-Ya lo sé, me lo dice a menudo-bromeé-Adiós, guapa.
-Adiós, guapo. Un besazo.
-Dos.
-¿Dos qué?
-Besazos de los tuyos-respondí.
-¡Otra vez cargándote todo el romanticismo del momento!-exclamó.
-Me parece que es mi habilidad especial.
-Seguramente. Chao.
-Adiós-colgué el teléfono, me calcé y salí de casa.
Caminé por las calles de Barcelona buscando una floristería. Cuando encontré una entré. La campanilla de la puerta repiqueteó, anunciando mi llegada. Las paredes (o lo que se atisbaba de ellas a través de los floreros) estaban pintadas de blanco al igual que el suelo de desgastadas baldosas. Avancé titubeante entre los floreros hasta alcanzar el mostrador. Un chico joven, alto y robusto, de pelo y ojos negros estaba detrás.
-Buenas tardes, ¿desea algo?-preguntó amablemente.
-Sí, un ramo de flores-¿no era evidente?
-¿De qué clase?
-Ni idea.
-¿No quiere unas en concreto?-continuó el hombre.
-Sí, no, no lo sé-dije finalmente.
-¿Para quién son?-preguntó sonriente.
-Para mi novia.
-¿Aceptas recomendaciones?
-Claro-en estos temas estaba perdido.
-¿Es vuestro aniversario o alguna fecha especial para vosotros?-dijo abandonando su puesto y acercándose a un jarrón lleno de gardenias blancas.
-No.
-¿Ni su cumpleaños o cualquier otra cosa?-se aseguró.
-No, no es nada especial. Solamente que me apetece tener un detalle con ella por aguantarme siempre-reí.
-Muchas chicas desearían a alguien que les regalase flores, créeme.
-¿Entonces que debería llevarle?
-¿Su color favorito?-contestó con otra pregunta.
-Azul.
-¿Le gustan las cosas románticas?
-Pues depende-esperó una explicación-Si lo hago yo que normalmente estropeo los momentos románticos supongo que le parecerá un detallazo.
Rió ante mi comentario aunque estaba hablando medio en serio medio en broma.
-Fíate de mí. ¿Qué te parece un ramo con varias rosas azules, tulipanes y margaritas?-dijo señalando cada una de las flores que compondrían el ramo.
-Perfecto-dije sonriendo.
El dependiente comenzó a sacar las flores de los floreros y a componer un hermoso ramo.
-¿Así está bien?-dijo elevando la vista de su tarea.
-Si.
-¿Alguna tarjeta?
Iba a decir que no cuando se me ocurrió una idea.
-Si.
-¿Esta?-señaló una con forma de flor.
Asentí mientras me tendía un bolígrafo para que escribiera mi dedicatoria. La escribí y se la tendí para que finalizara el ramo atando la tarjeta con un lazo rojo que destacaba con el azul. Me entregó el ramo después de pagar.
-Muchas gracias y espero que le guste a tu novia-dijo, a modo de despedida.
Caminé, silbando, hasta su casa. Llamé al timbre.
-¿Qué quieres?-dijo, sorprendida. Escondí el ramo tras mi espalda para que no lo viera a través del interfono.
-Ver a una periodista que vive aquí. ¿Puedo subir?
-Está bien-aceptó.
La puerta se abrió. Subí. Llamé al timbre. Cuando la puerta se estaba abriendo coloqué el ramo frente a su rostro. Se sorprendió y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿Qué es esto?
-Un ramo.
-¿Para mí?-dijo mientras lo cogía, todavía incrédula.
Sonreí.
-Pasa, pasa-dijo mandándome entrar.
-¡Es precioso! ¿Y la tarjeta?
-Léela en voz alta.
-“Como no quiero arruinar el momento romántico, te mando una tarjeta. Porque te quiero y eres especial. Espero que te guste. Te quiere, Mike”-se acercó a mí y me besó apasionadamente.
Le correspondí.
-Te quiero, te quiero, te quiero-murmuró con los ojos cerrados.
-Y yo, y yo, y yo.
Abrió los ojos de golpe.
-¡Otra vez!-se lamentó.
-Lo siento, no lo pude evitar.

Bookmark the permalink. RSS feed for this post.

One Response to Capítulo 14

¡Hola! Alguien que se acuerda de comentar y hacerme feliz :) ¡¡Recuerda confirmar que no eres un robot!! xD
PD: Agradeceré tu comentario mientras no sea spam.


Search

Swedish Greys - a WordPress theme from Nordic Themepark. Converted by LiteThemes.com.