Capítulo 27

A la hora de salir Mike me dijo si me apetecía que fuéramos a dar una vuelta, solos.
-Iremos mejor sin esos dos pesados-se estaba refiriendo a Jake y Rachel. Lo dijo jocosamente pero algo me dijo que no solo era eso aunque no pude determinar porque no quería ir con ellos.
Acepté aunque sentí nervios en mi interior. Eso me sorprendió bastante. ¿Por qué me tenía que poner nerviosa? Solo iba a salir con Mike. Era mi mejor amigo, no tendría que sentirme nerviosa. Quedamos en mi casa después de comer.
Al terminar de comer me puse a seleccionar la ropa que llevaría. Estaba muy indecisa y debí de sacar veinte camisetas e igual número de pantalones hasta que me decidí. Cogí unos vaqueros oscuros, ajustados, una camiseta de manga larga, blanca con un dibujo de un corazón negro y mis incondicionales Converse negras. Me alisé un poco el pelo. Mike llamó a la puerta justo cuando acababa de sentarme en el sofá a esperarle. Mis nervios aumentaron y pensé que era una estúpida por sentirme así. Le abrí y le pedí que subiera. Él también se había cambiado de ropa. Llevaba una camiseta azul turquesa que resaltaba sus ojazos y unos pantalones vaqueros muy claros. En vez de llevar sus gastadas deportivas grises vestía unos tenis blancos inmaculados como si acabara estrenarlos. Me dedicó una fugaz sonrisa. También parecía nervioso. Le indiqué con un gesto que entrara y tomara asiento en el sofá verde.
-Ahora mismo vuelvo ¿quieres algo?
-No, gracias.
Me dirigí a coger la chaqueta y el bolso que había dejado en la habitación, encima de la cama. Volví junto a él.
-Bueno, ¿qué vamos a hacer?-aún no habíamos acordado que hacer.
-Ni idea. Improvisemos.
-¿Cómo se hace eso de improvisar para salir?-me reí.
-Oh, vamos. Improvisar. Salir y caminar hacia donde tus pies te lleven, sin rumbo-se encogió de hombros.
-Pues, vamos a improvisar-me levanté del sofá y él me siguió. Cerré la puerta con llave mientras Mike llamaba al ascensor.
Entramos y se produjo un incómodo silencio. Un piso menos, dos, tres, cuatro, y así sucesivamente. La puerta se abrió dando paso al vestíbulo, por llamarlo de alguna forma. Salimos a la calle y nos quedamos unos instantes parados. Mike echó a andar. Lo seguí sin rechistar.
-Por cierto, ¿en que fecha vas a Barcelona?-pregunté. Mike frenó un poco el paso y pensativo, respondió.
-El dieciséis de octubre empiezo la Universidad así que, tendré que ir un par de días antes. ¿Tú cuándo te marchas?
-El trece de agosto-faltaba poco.
-Eso es dentro de nada-ni que leyera mis pensamientos.
-Lo sé-suspiré. Iba a echar de menos todo eso.
Seguimos caminando, rápidos, sin detenernos un instante. Acabamos en una calle cercana a Times Square, lugar al que nos dirigimos a continuación. Ahí era el lugar donde se podía observar todo el auge de Nueva York. Seguimos caminando y entramos en un local donde pedimos dos Coca-colas. Las bebimos mientras hablábamos de que hacer a continuación.
-¿Subiste alguna vez a un autobús de dos pisos?
Como respuesta negué con la cabeza. Mike se levantó, pagó y me agarro de la mano y me arrastró tras él.
-Vamos.
-¿A dónde?
-A subir en un autobús de dos pisos, tontita-me golpeó la cabeza cariñosamente-Hay una parada aquí cerca.
Corrí tras Mike que no me soltó la mano en ningún momento. Cruzamos algunas calles, corriendo como si la vida nos fuera en ello. Cuando al fin nos detuvimos, jadeábamos, agotados. Miré a nuestro alrededor. Estábamos delante de una parada de autobús donde los turistas de todas las nacionalidades se amontonaban.
-Mike-me detuve a recuperar el aliento-¿Esto no es una excursión de turistas?-vislumbré a una guía que llevaba unos papeles en la mano y miraba nerviosamente el reloj de su muñeca.
-Exactamente-sonrió.
-¿Entonces que hacemos aquí?-no comprendía nada.
-¿No lo entiendes?-se inclinó hacia mí y yo me estremecí-Vamos a colarnos-lo susurró en mi oído.
-¿¿Qué??-casi lo grité y unos turistas se volvieron a mirarnos.
-Shh, no grites o destrozarás el plan. Disimula-lo miré, embobada-Ahora.
En la distancia apareció un autobús de dos pisos, color rojo, mítico de las pelis de Nueva York. Mike me dio la mano, reteniéndome. Subieron unos cuantos ancianos y turistas japoneses y, entonces Mike se dirigió al autobús mientras la guía ayudaba a una señora con su enorme bolso, nos colamos sin problemas y subimos al segundo piso donde nos sentamos.
Me reí bajito.
-Que fácil ha sido ¿no?
-Uno que sabe. Cuando éramos más pequeños, Rachel y yo, veníamos una vez al mes o así y aprendimos a colarnos.
-Me parece que eres una mala influencia-sonreí.
-Ya, pero te gusto-mi corazón dio un vuelco hasta que me percaté de que se refería como amigos.
Los últimos turistas subieron y el autobús se puso en marcha. Nos llevaron por sitios turísticos mientras la guía nos daba explicaciones. El recorrido duró una hora durante la que disfruté como una niña pequeña. Luego nos detuvimos en el mismo lugar donde nos habían recogido y todos bajamos.
-¿Lo has pasado bien?-fue lo primero que me preguntó Mike cuando nos alejamos de la horda de turistas.
-Genial, disfruté como una enana.
-Me alegro. Te acompaño a casa,¿ no?
Asentí. Empezaba a anochecer. Caminamos en silencio, disfrutando de los últimos rayos del sol en nuestra piel. Cuando llegamos a mi portal el último rayo del sol se ocultó tras los rascacielos, como si nos diera las buenas noches.

Bookmark the permalink. RSS feed for this post.

2 Responses to Capítulo 27

  1. Mike Forever... Por cierto, entonces el tramo de tiempo entre 13 de agosto y octubre se queda sin narrar¿? :(
    Jooo!! Pero bueno, mientras continúes con la historia.. ;D
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Oissh! Que se besen yaaa! Si están deseándolo ambos ññ
    Espero el siguiente capítulo y me alegra que hagas una segunda parte de la historia ^^
    Un beso (L)

    ResponderEliminar

¡Hola! Alguien que se acuerda de comentar y hacerme feliz :) ¡¡Recuerda confirmar que no eres un robot!! xD
PD: Agradeceré tu comentario mientras no sea spam.


Search

Swedish Greys - a WordPress theme from Nordic Themepark. Converted by LiteThemes.com.