Capítulo 2

A la mañana siguiente desperté con 2 kilos que el día anterior no tenía y un empacho terrible a causa del helado.
Me puse un chándal y unas deportivas, me recogí el moreno cabello en una cola alta y salí a hacer footing por el, todavía dormido paseo marítimo de Barcelona.
Esa vez no escuché música como hacía a menudo porque necesitaba pensar. Debía tomar una decisión sobre Diego. Debía hacer algo.
Las opciones eran claras:
-Opción a) olvidarme de él.
-Opción b) olvidarme de él.
Había pasado demasiado tiempo sin confesarle que lo quería por miedo a que me rechazara y porque creía que preferiría no tenerlo como novio a perderlo como amigo y, ahora, él ya no estaba de ninguna forma.
Si se lo hubiera dicho, a lo mejor, lo habría perdido igualmente pero, al menos, tendría la conciencia tranquila y podría decir que lo había intentado.
Se que ésto sonará muy de película pero necesitaba hacer algo. NO quería rendirme. Y, si el dicho es verdad, la esperanza es lo último que se pierde .A lo mejor aún me quedaba una última oportunidad como un comodín.
¡Sí! No pensaba rendirme. No hasta escuchar de sus labios el no definitivo.
Ya volvía a casa cuando el pensamiento más irracional surgió en mi mente como si de jirones de niebla se tratase. Podría viajar a Manhattan.
Deseché la idea pero siguió dándome vueltas a la cabeza durante todo el camino de vuelta a casa.
Sí, era una locura y, evidentemente Diego pensaría que estaba loca (algo no muy alejado de la realidad) pero si me inventaba una argumentación con sentido…
El plan tenía muchos fallos como ¿dónde me hospedaría?¿de qué comería?¿qué haría sola en Manhattan? Pero no era una mala idea.
Al mediodía ya había tomado una decisión. Viajaría a Manhattan por espacio de un mes, encontraría un trabajo y a Diego e intentaría por todos los medios que me quisiera como algo más que como una amiga de toda la vida.
Pasé toda la tarde buscando alquileres en Manhattan y encontré alguno asequible a los ahorros que tenía. Envié un email a cada uno de los propietarios explicándoles que deseaba pasar solamente un mes en Manhattan para perfeccionar mi inglés.
Era la excusa perfecta. Llamé a mi familia y les comuniqué mis planes de irme un mes a Manhattan para perfeccionar mi inglés. En un primer momento les pareció una idea descabellada pero terminaron por aceptarlo.
Me acosté con la sensación de que la vida me estaba ofreciendo una segunda oportunidad para cambiar mi destino.

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3 Responses to Capítulo 2

  1. La historia tiene muy buena pinta y además le das un aire muy fresco; seguiré leyéndola poquito a poco :) No me esperaba que fuera a hacer semejante locura con lo negativa que fue en el anterior capítulo jejejej

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  2. Me alegro muchísimo de que te guste ^^

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  3. jaja genial ya empieza el viaje! me gusta la gente que tiene las ideas claras y no tiene miedo de soñar :P

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