Desperté casi a media mañana, muy confusa y sin saber donde me encontraba. Al cabo de unos instantes recordé donde estaba y porque había ido allí. Sonreí y me dirigí a la cocina a desayunar. El señor al que le había alquilado el apartamento me había dejado leche, galletas y demás cosas para que no muriera de hambre antes de poder ir a comprar alimentos en Manhattan.
Calenté la leche y al ir a beberla dije un juramento ya que estaba muy caliente. Comí con ferocidad porque no había probado alimento desde el día anterior. Al terminar de desayunar fui a mi habitación y rebusqué en mi maleta para decidir que ropa ponerme en mi primer día en Manhattan. Escogí unos pantalones vaqueros ajustados, una camiseta azul de rayas y unas Converse azules oscuras. Me duché y ordené todos los productos de aseo en su lugar. También guardé la ropa en el armario y como no me llevó tanto tiempo como pensaba salí a pasear por Manhattan. Estaba eufórica.
Ya casi era mediodía y las calles estaban abarrotadas. Era maravilloso. La gente dirá que las ciudades americanas son agobiantes y estresantes pero a mí me encantaban. No hay palabras para describir las calles de Manhattan. La gente que haya estado en ellas sabrá a lo que me refiero. Miré algunas tiendas pero sin prestar demasiado interés. Lo que más me interesaba eran los edificios, los pequeños lugares íntimos y reservados que hay en Manhattan y también buscaba un puesto de trabajo. Me llamó la atención un cartel en el que se pedía dependienta para servir batidos, helados, refrescos. Entré en el local a preguntar por el puesto. Tras el mostrador había un chico muy guapo y con aspecto amable. Era alto y delgado. Tenía el pelo rubio pajizo y liso. Sus ojos eran de un azul tan claro que parecían grises.
-Vengo a preguntar por el trabajo-dije con algo de vergüenza de cómo sonaría mi inglés.
El chico pareció comprender lo que intentaba decirle porque respondió.
-¡Ah, el trabajo! Espera un minuto-dijo con mucha amabilidad.
Se dirigió a una puerta cerrada que había detrás del mostrador. Aproveché el hecho de quedarme sola para observar la heladería o lo que fuera eso. Era una sala amplia con una barra, unas cuantas mesas y un mostrador con helados, cercano a una máquina de batidos. Las paredes estaban pintadas de un tono rosa muy claro y el suelo era de baldosas blancas y rosas. Era un sitio de aspecto acogedor. Al cabo de dos o tres minutos el chico volvió a aparecer por la puerta.
Llevaba un fajo de papeles en la mano,
-¿Quieres sentarte?-preguntó señalando una mesa desocupada y tranquila en un rincón.
Asentí.
-Me alegro de que alguien venga a por el puesto. Es un poco aburrido estar siempre solo. No es que el trabajo sea agotador pero por las mañanas no suele haber mucha gente y yo aquí solo… Por cierto me llamo Mike. ¿Y tú?-sin duda era un muchacho muy hablador y simpático.
-Yo Abril.
-Encantado-dijo ofreciéndome su mano para que la estrechara. Se la estreché.
-Bueno, ahora que ya nos hemos presentado, ¿qué te parece si me hablas del trabajo?-dije intentando parecer simpática.
-Perfecto.-me explicó todo lo que necesitaba saber respecto al trabajo, que no voy a contar porque es demasiado aburrido y lo que resulta verdaderamente importante es que encontré trabajo e hice un amigo.
-Bueno, ésto ya está listo así que puedes empezar a trabajar mañana mismo.
-Genial-bueno, uno de mis problemas ya estaba solucionado.
-Entonces ¿eres española?-me preguntó Mike, interesado.
-Sí, soy de Barcelona-contesté con una sonrisa.
-Cuando sea mayor me encantaría ir a Barcelona, a estudiar. ¿Es un lugar tan hermoso como dice todo el mundo?-preguntó con un brillo soñador en sus ojos.
-Sí, es muy bonito. La Sagrada Familia, el paseo marítimo, el paseo de la Gracia, el barrio gótico, las ramblas, el Montjuïc…
La puerta se abrió y entró un grupo de chicos y chicas, rondarían los 16 años y armaban bastante barullo.
-Tengo que volver al trabajo. Hasta mañana-se despidió con una sonrisa.
-Hasta mañana.
Pasé la tarde comprando comida en un supermercado cercano a mi casa y no pude hacer nada más. Mientras preparaba la cena (espaguetis a la boloñesa) pensé que todavía no sabía nada de Diego. Mañana al salir del trabajo lo llamaría.
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Tengo la impresión de que al final va a mandar a Diego a la porra y se va a quedar con el compañero :P
ResponderEliminarNunca se sabe xD pero puede ser :)
ResponderEliminaranda si ha encontrado un nuevo chico!! todavía no conozco a Diego así que no puedo comparar, pero siempre es bueno tener varias opciones xD
ResponderEliminarcuando tengas más tiempo seguiré leyendo ^^
un saludo y felicidades por tu novela!!
ya se nota aqui que no hizo precisamente un amigo jajajajaja me encanta!!
ResponderEliminarMe encanta!! Voy a seguir leyendo!! ;D
ResponderEliminarMuy bueno lo del amigo, le da un giro a la historia que me encanta: ese... ¿al final elegirá entre Diego y Mike? jaja sii presentanos a Diego para comparar xD
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